jueves, 27 de diciembre de 2012

Los pilares del estado del bienestar


Continuamente desde el gobierno nos bombardean con falsos mitos: “no podemos mantener el gasto sanitario” “las pensiones no son sostenibles” ”vivimos por encima de nuestras posibilidades”. Todas esas expresiones no son más que mentiras salidas de la ideología liberalconservadora, que a fuerza de repetirlas mediante la más absurda propaganda pretenden convertirlas en verdad.  En este artículo explicaremos brevemente cuales son los pilares de un estado del bienestar consolidado, que pretende ser sostenible a largo plazo, y que la sociedad española puede permitirse perfectamente si se aplican las políticas adecuadas
Todos los gobiernos deben hacer dos tipos de políticas: políticas económicas (ingresos), y políticas sociales (gasto). Primero explicaremos los pilares maestros economicos, y después explicaremos que políticas sociales se deben hacer para mantenerlos. 

Políticas económicas:

Cualquier estado del bienestar moderno y sostenible a largo plazo se debe basar en tres pilares económicos: la sostenibilidad demográfica, la sostenibilidad comercial y la redistribución de la riqueza. Es imposible planificar políticas sociales y de pensiones a largo plazo sin estabilidad de ingresos, y ello a su vez es imposible sin una cierta estabilidad en el número de trabajadores para lo que se necesita una pirámide de población equilibrada donde los trabajadores que se retiran sean sustituidos por jovenes. A esa estabilidad la llamamos sostenibilidad demográfica: primer pilar económico del estado del bienestar. Por otro lado, también es necesario que en el largo plazo se vigilen indicadores como la deuda neta exterior, y la balanza comercial de bienes y servicios. La deuda neta exterior debe ser lo más próxima a 0 que sea posible, y nunca se debe pedir dinero al exterior para financiar el consumo interno pues entonces generamos burbujas de crédito y caemos en la trampa de la deuda exterior. Por otro lado un comercio exterior equilibrado ayuda a que esa deuda neta exterior no crezca, y nos permite comerciar sin ser dependientes de la financiación exterior, que como hemos visto en esta crisis desaparece en el momento menos pensado provocando una caída de la actividad económica que pone en peligro las políticas sociales. Al conjunto de equilibrio comercial y deuda neta exterior 0 lo llamaremos sostenibilidad comercial: segundo pilar económico del estado del bienestar. Finalmente, es de capital importancia asegurar que los que más tienen pagan más impuestos, y que esos impuestos se emplean para redistribuir la riqueza y hacer las políticas sociales de gasto oportunas para que el Gobierno garantice un nivel de vida digno a todos y cada uno de los españoles: la redistribucion de la riqueza es el tercer pilar económico del estado del bienestar. Dicha redistribución permite una igualdad de oportunidades real y genera seguridad en los ciudadanos, les permite decidir en libertad su futuro, y provoca que el talento de cada uno de los ciudadanos sea aprovechado independientemente de su origen familiar y social.
¿En que se traduce esa redistribución de riqueza? En las políticas sociales que explicaremos a continuación.

Políticas sociales sostenibles:

En el lado de las políticas sociales existen cinco pilares básicos: pensiones, políticas de familia, educación pública, sanidad universal, y políticas de vivienda.
Las pensiones son el primer pilar de las políticas sociales, es la base de la solidaridad intergeneracional que hace que nuestros mayores puedan disfrutar de sus últimos años de vida con una merecida comodidad. En España las pensiones son mayoritariamente contributivas, es decir, el trabajador paga cotizaciones a la seguridad social y a cambio espera recibir una pensión cuando se jubila. Mientras haya contribuyentes suficientes, con sueldos similares a los de los que se jubilan, las pensiones no corren peligro ni es necesario reducirlas. Las pensiones son una obligación de pago a muy largo plazo que asume el gobierno, y para garantizar su sostenibilidad es necesario que el gobierno proteja a los trabajadores, es necesario que impulse políticas económicas y educativas para potenciar sectores de alto valor añadido, que puedan pagar buenos sueldos y altas cotizaciones. 
Aparte de procurar que el trabajo sea de calidad, también es necesario que el gobierno se asegure de la sostenibilidad demográfica mediante políticas de familia. En España tenemos un problema de envejecimiento de la población, que aún estamos a tiempo de atajar. Para ver cuales son las políticas de familia adecuadas para rejuvenecer la población, solo hemos de fijarnos en los países occidentales que logran mantener una pirámide de población equilibrada: Francia y los países escandinavos. En estos países existen políticas que proporcionan ayudas mensuales a las familias con hijos, además de extensos programas de becas y de ayudas para guarderías. Es cierto que en las sociedades avanzadas mucha gente toma la decisión de no tener hijos, pero si queremos garantizarnos la sostenibilidad demográfica debemos asegurarnos que nadie toma esa decisión por motivos económicos, sino simplemente en ejercicio de su libertad individual. 
Muy relacionado con las políticas de familia tenemos las políticas educativas. La educación pública de calidad es un pilar fundamental de toda sociedad que pretenda disfrutar de un estado del bienestar sostenible. Más allá de los beneficios de tener una población cultivada, con buenos valores cívicos y culturales, así como amplios conocimientos en múltiples lenguas y en ciencias, numerosos estudios han confirmado que la inversión pública en educación genera un retorno muy importante en forma de impuestos, puesto que a mayor nivel educativo mayor empleabilidad y mayores sueldos. También es muy importante invertir en educación, puesto que el comercio internacional de las economías más avanzadas se basa en bienes y servicios de valor añadido, y para eso se necesitan empleados muy cualificados con la más alta formación académica.

Otro pilar del estado del bienestar es la política sanitaria. Diversos estudios han demostrado que la sanidad pública española es muy barata en relación a los resultados que consigue. Resistiendo cualquier comparación rigurosa con cualquiera de los modelos de gestión privada o mixta que se observan en países avanzados. La sanidad pública española es de las más baratas de la UE, y sin embargo proporcionamos cobertura universal y la segunda mayor esperanza de vida de toda la UE. Es evidente que podemos permitirnos nuestra sanidad ya que es de las mas baratas, incluso teniendo en cuenta que nuestro PIB es más bajo. Solo las malas intenciones de unos gobernantes de derechas, que pretenden lucrarse privatizando dicha sanidad, están estrangulando financieramente la sanidad pública. Todos nos vemos expuestos a enfermedades, a accidentes, etc. Es muy importante que el sistema sanitario funcione, y permita recuperarnos de los problemas de salud que podamos tener a lo largo de nuestra vida. Si la sanidad es universal, las enfermedades se pueden prevenir y curar antes de que se agraven o se contagien. Una sanidad universal de calidad nos ayuda disfrutar de nuestra vida y nos permite contribuir al bienestar común.
Finalmente, el último pilar pero no por ello el menos importante son las políticas de vivienda. Toda familia requiere una vivienda, y el gobierno se debe asegurar de que independientemente de los ingresos familiares, todo el mundo debe tener un techo bajo el que dormir. Nuestro país está padeciendo una de las mayores crisis inmobiliarias que se han conocido en la historia económica contemporánea, el encarecimiento de la vivienda ha provocado que muchas familias se hayan arruinado en su afán de crear un hogar y formar una familia. Es ya un clamor que las políticas de vivienda son insuficientes, y que la ley hipotecaria contraviene directamente el derecho a una vivienda digna, pues permite desahuciar a personas que no tienen ningún otro sitio donde ir. Mientras tanto, los rescates financieros a las cajas y bancos con problemas han convertido al estado en la mayor inmobiliaria de todo el territorio nacional. Por todo ello, es evidente que las políticas de vivienda han sido un fracaso: no todo el mundo tiene la solvencia a largo plazo que una hipoteca requiere. Es necesario que el gobierno gestione las viviendas de que dispone para asegurar el derecho a una vivienda digna mediante alquileres sociales. Las fórmulas de alquiler social permiten adaptar la mensualidad a los ingresos familiares, de manera que ningún hogar ve estrangulada su capacidad de pago. Este sistema se emplea con éxito en muchos países avanzados.
El estado del bienestar es sostenible, no existen argumentos sólidos que puedan convencernos de lo contrario, pero es cierto que a largo plazo es frágil. Para que el estado del bienestar permanezca generación tras generación es necesario que los gobernantes actúen pensando en el largo plazo, y utilicen los recursos pensando en los beneficios futuros de la inversión en políticas sociales. Si se hacen las políticas económicas y sociales adecuadas el estado del bienestar no solo es sostenible, sino que es la única manera de garantizar la cohesión social y la supervivencia del propio estado moderno como red de solidaridad entre personas que comparten la misma sociedad. No podemos dejar que los beneficios económicos a corto plazo de una pequeña minoría destruyan los sueños presentes y la seguridad futura de la inmensa mayoría de la ciudadanía. Es nuestra responsabilidad defender y ampliar el estado del bienestar, y crear una economía capaz de mantenerlo a largo plazo, atendiendo a los pilares económicos y sociales presentados en este artículo lo conseguiremos.

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