Continuamente desde el gobierno nos bombardean con falsos
mitos: “no podemos mantener el gasto sanitario” “las pensiones no son
sostenibles” ”vivimos por encima de nuestras posibilidades”. Todas esas
expresiones no son más que mentiras salidas de la ideología liberalconservadora, que a
fuerza de repetirlas mediante la más absurda propaganda pretenden convertirlas
en verdad. En este artículo explicaremos
brevemente cuales son los pilares de un estado del bienestar consolidado, que
pretende ser sostenible a largo plazo, y que la sociedad española puede
permitirse perfectamente si se aplican las políticas adecuadas.
Todos los gobiernos deben hacer dos tipos de políticas:
políticas económicas (ingresos), y políticas sociales (gasto). Primero explicaremos los pilares maestros economicos, y después explicaremos que políticas sociales se deben hacer para mantenerlos.
Políticas económicas:
Cualquier estado del bienestar moderno y sostenible a largo
plazo se debe basar en tres pilares económicos:
la sostenibilidad demográfica, la sostenibilidad comercial y la redistribución
de la riqueza. Es imposible planificar políticas sociales y de
pensiones a largo plazo sin estabilidad de ingresos, y ello a su vez es
imposible sin una cierta estabilidad en el número de trabajadores para lo que
se necesita una pirámide de población
equilibrada donde los trabajadores que se retiran sean sustituidos por jovenes. A esa estabilidad la llamamos sostenibilidad demográfica: primer pilar económico del estado del
bienestar. Por otro lado, también es necesario que en el largo plazo se
vigilen indicadores como la deuda neta exterior, y la balanza comercial de
bienes y servicios. La deuda neta exterior debe ser lo más próxima a 0 que sea
posible, y nunca se debe pedir dinero al exterior para financiar el consumo
interno pues entonces generamos burbujas de crédito y caemos en la trampa de la deuda exterior. Por otro lado un comercio
exterior equilibrado ayuda a que esa deuda neta exterior no crezca, y nos
permite comerciar sin ser dependientes de la financiación exterior, que como
hemos visto en esta crisis desaparece en el momento menos pensado provocando
una caída de la actividad económica que pone en peligro las políticas sociales. Al
conjunto de equilibrio comercial y deuda neta exterior 0 lo llamaremos sostenibilidad comercial: segundo pilar
económico del estado del bienestar. Finalmente, es de capital importancia
asegurar que los que más tienen pagan más impuestos, y que esos impuestos se
emplean para redistribuir la riqueza y
hacer las políticas sociales de gasto oportunas para que el Gobierno garantice
un nivel de vida digno a todos y cada uno de los españoles: la redistribucion de la riqueza es el tercer pilar
económico del estado del bienestar. Dicha redistribución permite una igualdad de oportunidades real y genera seguridad en los ciudadanos, les permite decidir en libertad su futuro, y provoca que el talento de cada uno de los ciudadanos sea aprovechado independientemente de su origen familiar y social.
¿En que se traduce esa redistribución de riqueza? En las
políticas sociales que explicaremos a continuación.
Políticas sociales sostenibles:
En el lado de las políticas sociales existen cinco pilares
básicos: pensiones, políticas de familia, educación pública, sanidad universal,
y políticas de vivienda.
Las pensiones son el
primer pilar de las políticas sociales, es la base de la solidaridad
intergeneracional que hace que nuestros mayores puedan disfrutar de sus últimos
años de vida con una merecida comodidad. En España las pensiones son
mayoritariamente contributivas, es decir, el trabajador paga cotizaciones a la
seguridad social y a cambio espera recibir una pensión cuando se jubila.
Mientras haya contribuyentes suficientes, con sueldos similares a los de los
que se jubilan, las pensiones no corren peligro ni es necesario reducirlas. Las pensiones son una obligación de pago a muy largo plazo que
asume el gobierno, y para garantizar su sostenibilidad
es necesario que el gobierno proteja
a los trabajadores, es necesario que impulse políticas económicas y educativas para potenciar sectores de alto valor
añadido, que puedan pagar buenos sueldos y altas cotizaciones.
Aparte de procurar que el trabajo sea de calidad, también es necesario que el gobierno se asegure de la sostenibilidad demográfica mediante políticas de familia. En España tenemos un problema de envejecimiento de la
población, que aún estamos a tiempo de atajar. Para ver cuales son las políticas de familia adecuadas para rejuvenecer la población, solo
hemos de fijarnos en los países occidentales que logran mantener una pirámide
de población equilibrada: Francia y los países escandinavos. En estos países existen políticas que
proporcionan ayudas mensuales a las familias con hijos, además de extensos
programas de becas y de ayudas para guarderías. Es cierto que en las
sociedades avanzadas mucha gente toma la decisión de no tener hijos, pero
si queremos garantizarnos la sostenibilidad demográfica debemos asegurarnos que
nadie toma esa decisión por motivos económicos, sino simplemente en ejercicio de su libertad individual.
Muy relacionado con las políticas de familia tenemos las
políticas educativas. La educación
pública de calidad es un pilar fundamental de toda sociedad que pretenda
disfrutar de un estado del bienestar sostenible. Más allá de los beneficios
de tener una población cultivada, con buenos valores cívicos y culturales, así
como amplios conocimientos en múltiples lenguas y en ciencias, numerosos
estudios han confirmado que la inversión pública en educación genera un retorno
muy importante en forma de impuestos, puesto que a mayor nivel educativo mayor empleabilidad y mayores sueldos.
También es muy importante invertir en educación, puesto que el comercio
internacional de las economías más avanzadas se basa en bienes y servicios de
valor añadido, y para eso se necesitan empleados muy cualificados con la más alta formación académica.
Otro pilar del estado del bienestar es la política sanitaria. Diversos estudios
han demostrado que la sanidad pública
española es muy barata en relación a los resultados que consigue. Resistiendo
cualquier comparación rigurosa con cualquiera de los modelos de gestión
privada o mixta que se observan en países avanzados. La sanidad pública
española es de las más baratas de la UE, y sin embargo proporcionamos cobertura
universal y la segunda
mayor esperanza de vida de toda la UE. Es evidente que podemos permitirnos
nuestra sanidad ya que es de las mas baratas, incluso teniendo en cuenta que
nuestro PIB es más bajo. Solo las malas
intenciones de unos gobernantes de derechas, que pretenden lucrarse privatizando
dicha sanidad, están estrangulando financieramente la sanidad pública. Todos
nos vemos expuestos a enfermedades, a accidentes, etc. Es muy importante que el
sistema sanitario funcione, y permita recuperarnos
de los problemas de salud que podamos tener a lo largo de nuestra vida. Si la
sanidad es universal, las enfermedades se pueden prevenir y curar antes de que
se agraven o se contagien. Una sanidad
universal de calidad nos ayuda disfrutar de nuestra vida y nos permite contribuir
al bienestar común.
Finalmente, el último pilar pero no por ello el menos
importante son las políticas de vivienda.
Toda familia requiere una vivienda, y el gobierno se debe asegurar de que
independientemente de los ingresos familiares, todo el mundo debe tener un techo bajo el que dormir. Nuestro país
está padeciendo una de las mayores crisis inmobiliarias que se han conocido en
la historia económica contemporánea, el encarecimiento de la vivienda ha
provocado que muchas familias se hayan arruinado en su afán de crear un hogar y
formar una familia. Es ya un clamor que las políticas de vivienda son
insuficientes, y que la ley hipotecaria contraviene directamente el derecho a
una vivienda digna, pues permite desahuciar a personas que no tienen ningún
otro sitio donde ir. Mientras tanto, los rescates financieros a las cajas y
bancos con problemas han convertido al estado en la mayor inmobiliaria de todo
el territorio nacional. Por todo ello, es evidente que las políticas de
vivienda han sido un fracaso: no todo el mundo tiene la solvencia a largo plazo
que una hipoteca requiere. Es necesario
que el gobierno gestione las viviendas de que dispone para asegurar el derecho
a una vivienda digna mediante alquileres sociales. Las fórmulas de alquiler
social permiten adaptar la mensualidad a los ingresos familiares, de manera que
ningún hogar ve estrangulada su capacidad de pago. Este sistema se emplea con
éxito en muchos países avanzados.
El estado del bienestar es sostenible, no existen argumentos sólidos que puedan convencernos de lo contrario, pero es cierto que a largo plazo es
frágil. Para que el estado del bienestar permanezca generación tras generación
es necesario que los gobernantes actúen pensando en el largo plazo, y utilicen
los recursos pensando en los beneficios futuros de la inversión en políticas
sociales. Si se hacen las políticas económicas y sociales adecuadas el estado
del bienestar no solo es sostenible, sino que es la única manera de garantizar
la cohesión social y la supervivencia del propio estado moderno como red de
solidaridad entre personas que comparten la misma sociedad. No podemos dejar
que los beneficios económicos a corto plazo de una pequeña minoría destruyan
los sueños presentes y la seguridad futura de la inmensa mayoría de la
ciudadanía. Es nuestra responsabilidad defender y ampliar el estado del
bienestar, y crear una economía capaz de mantenerlo a largo plazo, atendiendo a
los pilares económicos y sociales presentados en este artículo lo
conseguiremos.
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